Mundial 78, La historia paralela (Documental)

Título Original: Mundial 78, La historia paralela
Año: 2003
País: Argentina
Género: Documental
Director: Gonzalo Bonadeo y Diego Guebel
Idioma: Español (Latino)
Duración: 00:51:38
Calidad: DVDRip
Resolución: 512 x 384
Formato: .avi
Tamaño: 352 Mb

Sinopsis:
A través de testimonios inéditos, relatos de sobrevivientes y material de archivo jamás emitido, “Mundial 78, la historia paralela” cuenta la contradictoria dualidad entre la euforia de un pueblo apasionado por el fútbol y el horror sufrido al mismo tiempo por las víctimas de una dictadura sangrienta.



Un documental producido por Mario Pergolini y Gonzalo Bonadeo muestra cómo la dictadura militar utilizó políticamente el Mundial.

Hace 25 años Argentina ganaba por primera vez el campeonato mundial de fútbol. Para algunos, era una legítima victoria deportiva, que levantaba el ánimo colectivo en medio de una feroz crisis social y política. Para otros, una operación política orquestada por la dictadura militar, para lavar su imagen en el exterior y encubrir la represión más salvaje en la historia de América latina. Lo más valioso de Mundial 78, la historia paralela, es que no toma partido ni por unos ni por otros, o mejor, muestra desde adentro, a partir del relato de los protagonistas directos, el complejo entramado por el cual ambas cosas pueden ser ciertas.
El deporte es uno de los escenarios privilegiados de maniobras políticas, como advirtió Hitler en 1936 con la manipulación de los Juegos Olímpicos de Berlín. Con ese punto de partida, el documental producido por Cuatro Cabezas (Mario Pergolini—Diego Guebel) y por el periodista Gonzalo Bonadeo, con la voz en off de Enrique Pinti, cuenta, a través de entrevistas y de un importante caudal de archivo audiovisual inédito (que pertenecía a la videoteca personal de Bonadeo) cómo la junta militar encabezada por Jorge Rafael Videla intervino directamente en la organización del campeonato (a través de la creación del "Ente Autárquico Mundial 78" para convertirlo en una "gesta patriótica" que facilitara su permanencia en el poder.
Lo más interesante de este trabajo es el punto de vista escogido: no hay aquí sociólogos ni politólogos debatiendo si la sociedad en su conjunto fue inocente o cómplice de la utilización política del evento deportivo. Sí hay, en cambio, relatos escalofriantes, como el de la sobreviviente de la ESMA Graciela Daleo, recordando cómo Jorge el "Tigre" Acosta, al frente del campo de concentración, eligió a una cantidad de secuestrados de ese centro para llevarlos con él a festejar la victoria argentina por las calles de la ciudad. O de otro detenido sobreviviente de la ESMA, Raúl Cubas, puesto por Emilio Massera a trabajar en lo que se llamó "la pecera", donde se realizaba trabajo de seguimiento y archivo de los artículos periodísticos que se publicaban sobre la dictadura, especialmente en el exterior. Cubas asistió, custodiado por sus captores, a una conferencia de prensa que dió Luis Menotti, director técnico de la selección, y le realizó una entrevista, sin poder revelar su condición de desaparecido.
A los relatos de los secuestrados, familiares, madres y abuelas de Plaza de Mayo, se suma el testimonio de los integrantes de la selección y del técnico, relatando las presiones y constantes intervenciones que recibían de los militares, al mismo tiempo que defienden su compromiso con la competencia deportiva. "No cabe duda de que fuimos usados políticamente, aunque no me siento parte", dirá Ricardo Julio Villa. "Ayudamos, porque gracias a que ganamos, ellos siguieron un poquito más en el poder", agregará Daniel Bertoni.
Del otro lado, el mejor ejemplo de la contradicción profunda que atravesaba a la sociedad es el relato de Estela Carlotto, presidenta de Abuelas, contando cómo sus familiares festejaban los goles de Argentina mientras ella y su esposo lloraban por su hija y su nieto desaparecidos: "Mientras ustedes gritan, se apagan los gritos de los torturados y asesinados", recuerda que les reprochaba, quien hoy sigue buscando a su nieto Guido, nacido en cautiverio en junio de 1978.
"Lo más difícil fue establecer la mirada, que no tuviera un tono acusatorio. Creo que tomamos la decisión acertada, mostrar algo que, por miedo, no se discutió hasta hoy, como si fuera una foto, sin sacar conclusiones", cuenta Pergolini, quien originalmente produjo este material pensando en el mercado europeo.
"No es justo simplificar, diciendo culpable o inocente", agrega Bonadeo. "Ni apología del Mundial ni que se ganó gracias a los milicos. Lo más difícil es desprenderse del prejuicio, y preguntarse qué hubiéramos hecho nosotros en el lugar de ellos (los jugadores)", concluye el periodista.

Fernanda Longo (Diario Clarín)

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